Solo basta entrar para que los sentidos empiecen a relajarse. Una sala de espera totalmente ambientada, con la limpieza característica de semejantes lugares, siempre da la bienvenida bajo la tranquilidad que requiere la ocasión.
Un mueble, dos sillones, un cuadro enorme de una cayena blanca y, por otro lado, un rostro de un monje oriental pegado a la pared denotan que estas en un lugar donde la relajación es el norte mientras la tenue musicalización ayuda de inmediato a completar esa misión.
El área de spa del CEBC cuenta con todas las especificaciones requeridas: tres cubículos para masajes, un cuarto para tratamientos estéticos y un recurso humano que ha pasado la prueba del tiempo. Sin dudas, esta es la mejor carta de presentación.
Margarita Romano Canelo, Belén Pérez Vargas, Yaquelina Altagracia Furcal, Teofina Doñé Brito y Orquídea Núñez Palmero, son las masajistas especializadas en la materia. Todas ellas poseen un curriculum que las hace capaces de ayudar a los socios a través de sus manos. Doné Brito y Núñez Palmero cubren el turno de la mañana, mientras que Romano Canelo, Pérez Vargas y Furcal está por la tarde.
Los servicios ofrecidos en el spa del CEBC comprenden la fisiatría, terapia deportiva, terapia avanzada, masajes corporales, faciales, exfoliaciones, reflexología y varias otras técnicas de masajes.
“Esto es como un doctorado”, dijo Núñez Palmero, quien tiene 13 de sus 30 años de ejercicio en el CEBC. “Uno nunca termina de aprender las nuevas técnicas”, agregó.
El spa funciona de 7:00 de la mañana a 9:00 de la noche y los socios deben hacer sus citas en el área del gimnasio en persona o por la vía telefónica. Cada sesión de masaje cuesta 200 pesos, pero los socios pueden adquirir medio y un ciclo a precios muy asequible. El área cuenta con un baño en donde los usuarios pueden ducharse antes o después de la sesión de masaje y así poder continuar con la faena del día sin tener que regresar al hogar para esos fines.
“Tenemos un área muy confortable, porque contamos con aire acondicionados y con camillas muy cómodas”, afirmó Doné Brito, quien tiene 28 años de experiencia. “Tenemos agentes físicos que utilizamos con ciertos pacientes como el ultrasonido y la lámpara infrarrojo que nos ayudan a mejorar el trabajo cuando hay lesiones”.
Doña Altagracia Serulle suele aprovechar el spa de manera habitual y se siente altamente complacida con el servicio brindado, especialmente con el estético. “Cada vez que llego al cuartico de doña Luz encuentro la paz de inmediato”, asegura acerca de la responsable de los tratamientos faciales. “Además, las masajistas son muy buenas, así que felicito a esta institución por las facilidades que le dan a sus empleados, porque están promoviendo la salud. Las personas creen que es belleza, pero no, es salud mental y espiritual”.
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