Notas informativas

PASEO SENSORIAL DE SABORES EN EL “COOKINGSHOW” DEL CAMPAMENTO DEL CEBC

El chef en medio del Cookingshow

Santo Domingo.-Si durante lo que resta de las vacaciones de verano, su hija o hijo le sorprende con sándwich o con una rica ensalada no lo piense dos veces: cómalo. Seguramente será una joya culinaria.

¿La razón? Simple. Aprendieron a preparar ambos platos en el campamento de verano “¡Un verano inolvidable!” del Club de Empleados del Banco Central (CEBC).    Un “CookingShow” formó parte de las variadas actividades que los campistas tenían en agenda. Ahí obtuvieron los conocimientos básicos para la elaboración de ambos alimentos.

El chef internacional, Franklin Espinal, un dominicano con una vasta experiencia en el mundo culinario, fue el responsable de encabezar tan memorable jornada.

Él quedó encantado de su primera vez enseñando a niños. “Mezclarse con tantos niños fue una experiencia extraordinaria. Me sentí muy regocijado, fue un  momento muy  especial. Nunca había tenido una experiencia así, aquí deje salir ese corazón culinario que llevo dentro”, afirmó el chef Franklin. “La jornada fue muy bonita, porque tengo un niño y mi esposa está embarazada de una niña y estar con ellos me hizo sentir muy feliz”.

Graduado en la universidad de Johnson & Wales University de Estados Unidos, Espinal manejó a noventa niños -divididos en tres grupos- con soltura y paciencia, consciente de la curiosidad natural que portan los infantes.

Las tantas preguntas que recibió fue la parte que más le gustó de este “CookingShow” celebrado en el salón principal del CEBC.

El primer grupo de niños trabajó en la elaboración de diferentes recetas para aderezos que sirvió además de panel sensorial en el que los campistas probaron y determinaron sabores. La segunda clase se basó es mezclar recetas del propio chef Franklin y el tercero grupo  se concentró en preparar una ensalada de pastas y después aderezaron tostadas.

Espinal le habló de la importancia de la higiene en la cocina. De hecho, eso fue lo primero que aprendieron, pues todos, antes de comenzar las clases, se lavaron las manos, se colocaron gorritos y usaron delantales.

Fue un curso de cocina expreso. “Estoy seguro que aprendieron”, dijo. “Ellos mostraron mucho interés, hicieron muchas preguntas”. La semilla culinaria del chef Franklin está sembrada.  Ahora, a esperar que germine.