Ramón Antonio Peguero tiene una misión de peso
La empleomanía del Club de Empleados del Banco Central (CEBC) siempre está presta para brindar una sonrisa a los socios e invitados que visitan las instalaciones. Con Ramón Antonio Peguero Rivera (Budú) esa sonrisa va acompañada de palabras que motivan. Él no es un sicólogo, ni tampoco un consejero espiritual.
Peguero Rivera ejerce las funciones de entrenador físico en el gimnasio del CEBC, una labor que realiza con mucho orgullo y satisfacción desde hace casi siete años. “Hacemos el trabajo de fortalecimiento físico en bases a pesas”, dice. “También tenemos diferentes clases de entrenamientos y preparación para personas entradas en edad y para personas que se consideran atletas de alto rendimiento. No tenemos parámetros, trabajamos con todo el que acceda al gimnasio”.
Peguero Rivera comenzó su relación con el CEBC gracias al deporte. Es que aún se mantiene como jugador baloncesto dentro de la selección del CEBC. El básquet le apasiona tanto como ser entrenador en el gimnasio.
Él cumple un estricto horario para realizar su trabajo. Todos los días, desde las 7:00 de la mañana hasta las 3:00 de la tarde, socios, conyugues, jubilados, pensionados e invitados acuden a él para nutrirse de sus conocimientos en el área de la preparación física, un rol que comparte con otros tres compañeros.
Su sonrisa siempre está, pero a la hora de buscar el máximo de los entrenados no escatima esfuerzos ni palabras. “Nuestros socios siempre manifiestan que se sienten a gusto y contentos con el trabajo que se hace aquí, porque en la medida que van trabajando ven el notable progreso de su trabajo”, afirma el fornido entrenador. “Me gusta lo que hago, soy parte de eso. Tengo toda una vida trabajando esto, son 30 años en el negocio”.
Ramón Antonio ve a cada individuo que trabaja como un examen personal. Es por eso que sus estándares de calidad en su servicio nunca están por el suelo, pues experimentar la sensación que brinda el deber cumplido es algo que no le empalaga. “Ver que la gente progresa es una satisfacción única”, comenta. “Es algo que no se puede describir”.
Tiene claro que su misión es tratar, bajo todos los medios, de que los usuarios del gimnasio se sientan a gusto en un ambiente seguro, limpio y ordenado.
Peguero Rivera se asegura de aligerar la carga de cada socio, en el entendido de que “levantar pesas no es un trabajo divertido”. Su misión es que regrese al siguiente día. “Tenemos que velar por la limpieza, velar por la seguridad, tanto de las personas como de los equipos, incluyéndonos a nosotros los entrenadores”, expresa. “Esto prácticamente un campo de batalla, porque así mismo como usted puede crear una buena condición física también alguien se puede lesionar y no queremos eso”.
El gimnasio es una de las áreas más visitadas del CEBC. Si te animas a asistir no olvides saludar a Ramón Antonio. Te estará esperando con una sonrisa.
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