Nurys Milagros Santana se mueve de aquí para allá y de allá para acá. Es un ajetreado martes en el campamento de verano del Club de Empleados del Banco Central (CEBC) y una buena parte de los niños descansan en el área de pizzería, a la espera del almuerzo.
Mientras eso sucede, Milagros, entre una tarea y otra, saca tiempo para recibir en su oficina de Actividades a campistas que llevan distintos requerimientos y hasta algunas quejas que la mayoría de las veces involucran a un segundo compañero.
Milagros no pierde la paciencia. Ese martes, en un intervalo de 20 minutos, ella dirimió al menos tres situaciones con niños, que siempre abandonaban la oficina con un beso suyo y con una evidente sonrisa. Muchos de ellos, incluso, agradecen la atención con un “gracias Profe Dire” o “gracias Tía”, en una clara referencia de que existe una relación directa y abierta entre ella y ellos.
Milagros rehúsa hablar sobre su papel en el campamento. Ella prefiere el anonimato. Es evidente que se trata de una persona de esas que suelen hablar con hechos en vez de palabras. Pero si Milagros no habla entonces este trabajo sobre su rol corre un tremendo riesgo.
Falso. Milagros tiene cientos de jueces que pueden evaluar su desempeño al frente de Actividades: los niños y las niñas del campamento, quienes son testigos de excepción de su labor. “Milagros es una buena persona y hace las cosas justas”, dice Ambar Cristal Ulloa Martínez, del grupo 9-10 E, mientras se encuentra en una de las mesas del área de pizzería. “Nunca he ido a su oficina a resolver un problema, pero ella es mi mejor amiga cuando yo la necesito. Me da consejos. Ella es muy amable”.
Ambar acudió en este 2018 a su cuarto campamento de verano y se mostró feliz por estar con sus “amiguitas” de grupo. Una de esas “amiguitas” es Gabriela Tamariz, quien exhibió tremenda elocuencia al momento de valorar a Milagros, quien se mantenía en su oficina mientras se daba esta plática con las niñas. “Ella es una persona estricta cuando hay que serlo, es divertida cuando hay que serlo y es una persona ‘nice’ cuando hay que serlo”, afirma.
“Cuando tú no tienes disciplina ella te llama la atención y cuando te portas bien ella habla y se ríe contigo. Eso me gusta de Milagros, que es una persona muy dulce”. Tanto Ambar como Gabriela dejan claro que hay una relación antigua con Milagros.
Ellas revelaron algo que denota confianza y un vínculo muy estrecho y hasta cierto punto es hilarante. “A ella no le gusta que le digan su verdadero nombre y por eso le decimos Milagros”, sostiene Gabriela. “A ella no le gusta que le digan Nuris, que es su primer nombre”, apunta Ambar. “Nosotros la queremos como una madre por ella nos cuida”.
Ambas campistas utilizaron un rosario de adjetivos que sorprenden al mejor de los entrevistadores. En un momento todo pareció que como se trataba de mujeres, las valoraciones fluían sin muchos contratiempos.
Así que escuchar algunas versiones de varones se tornaba cada vez más imperante. Del lado contrario a la mesa de Ambar y Gabriela, a unos escasos 15 metros de distancia, está la mesa de Sebastian Ramos, Diosmar Rosario y José Carlos Abreu, todos del grupo 9-10 D, quienes conversaban de forma amena. Ellos no vacilaron al momento de hablar sobre Milagros. “Ella es como la jefa del ‘crew’, es muy organizada y respetuosa”, declara Sebastian.
Diosmar básicamente opinó lo mismo que Sebastián, pero reveló una de las tantas cualidades de Milagros, su capacidad de dirimir conflictos entre campistas, una especie de “pan nuestro de cada día” cuando más de 300 niños convergen en un mismo lugar por un mes. “Una vez fui a su oficina como juez, porque hubo una pelea y yo sabía lo que había pasado”, recuerda Sebastián. “Ella les dijo que no lo volvieran a hacer, que se hicieran amigos de nuevo y además hizo que se dieran un abrazo”.
José Carlos y Milagros tienen una relación muy especial. “Ella dice que yo soy como su sobrino”, se jacta José Carlos, quien valora la capacidad de Milagros de resolver las cosas muy rápido mientras truena sus dedos al decirlo. Es la magia de Milagros.
Felicidades prima, te lo mereces, mujer luchadora, respetuosa y de buenos sentimientos, sigue hacia adelante, bendiciomes!!!