Un fiestón propio de la ocasión y del escenario. Así se puede resumir lo acontecido en la fiesta de fin de año en el Club de Empleados del Banco Central (CEBC).
No hubo mejor manera para despedir el 2018 y recibir con energía el 2019 que con la majestuosidad de una instalación acogedora y bajo un ambiente familiar y de camaradería.
La fiesta resultó a la altura de lo esperado. El nuevo salón principal del CEBC vistió su mejor gala ese lunes por la noche cuando la #FamiliaBancentraliana acudió con su mejor sonrisa a disfrutar de una maravillosa fiesta que concluyó bien avanzada la madrugada del primero de enero.
Nada raro si se toma en cuenta que a las 3:00 de la madrugada empezó al servirse el acostumbrado caldo, un sabroso sanchocho que recargó las pilas de muchos.
La parte musical fue responsabilidad del maestro José Virgilio Peña Suazo y su Banda Gorda, orquesta que se ganó los aplausos de una concurrencia que bailó y cantó hasta más no poder, especialmente después del llamado cañonazo.
Peña Suazo concluyó su puesta en escena a las 4:00 de la mañana y le dejó la pista caliente al DJ del CEBC Braulio Montero, quien ya se había lucido entre los descansos del merenguero.
La orquesta venezolana KY3 también ofreció un recital fuera de serie antes del Año Nuevo y supo mantener en constante movimiento a las más de 500 personas que se dieron cita a la fiesta bancentraliana.
Entrada la medianoche, en pleno 2019, y antes de la actuación de Peña Suazo, los asistentes disfrutaron de una hora loca llena de sorpresas y vistosidad.
El frenesí se apoderó del lugar, con unos invitados que mostraron su mejor cara y gozaron hasta más no poder.
Todo estuvo perfectamente organizado: desde la creación de un área de photo booth, donde los socios y sus familiares se tomaron fotos para el recuerdo, hasta el servicio de valet parking, la noche no tuvo desperdicio, gracias a un gran equipo de hombres y mujeres que dieron lo mejor para lograr los resultados esperados.
Una suculenta cena fue servida las 10:00 de la noche, lo que preparó el escenario para un gran final que tuvo su clímax a las 12:00 de la medianoche cuando llegó el Año Nuevo.
No hay dudas. Fue una reunión de familia que se combinó con la magia que queda como resultado de lo que se va y lo que viene.
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