Santo Domingo.-Febrero es el mes de la patria y de nuestro carnaval. Es por eso que la dominicanidad fue la nota a destacar durante la tradicional fiesta de carnaval que celebró el Club de Empleados del Banco Central (CEBC) en sus instalaciones.
Fue un evento para el disfrute de toda la familia, pues si bien el desfile estuvo marcado para la 1:00 de la tarde, la familia bancentraliana comenzó a llegar bien temprano y, como es de costumbre, los más pequeños comenzaron su propia fiesta en el área infantil donde hubo pinta caritas, carrito de frío frío, música, palomitas y algodón.
Los colores de nuestra bandera predominaron en una divertida fiesta celebrada en el salón principal del CEBC, que estuvo decorado para la ocasión.
La dominicanidad se sentía desde el mismo momento en el que se llegaba al salón, pues una mujer, ataviada con el traje típico dominicano, recibía a los socios y sus invitados con un yaniqueque, de los que popularmente son bien llamados “Long Play”. Ella también estuvo en el área infantil y los más pequeños quedaron encantados.
Patricia Alberti, administradora del CEBC, dejó oficialmente abierta la actividad al pronunciar unas palabras de bienvenida en la que agradeció a todos los asistentes por apoyar el carnaval, que forma parte de la cultura nacional.
Las comparsas comenzaron a desfilar: desde los zancos de califé, pasando por el tiznao hasta llegar el roba la gallina. Hubo una auténtica expresión de creatividad sobre la base de las costumbres dominicanas.
¡Claro!, no podían faltar los famosos diablos cojuelos, quienes brillaron precisamente por la vistosidad en los colores de sus trajes y sus docenas de espejitos.
Luego hubo un show en escena, que fue magistralmente dirigido por Leni de los Santos. Se trató de un número montado con 50 artistas que componen la comparsa Dominicanísima, fue una representación muy digna del carnaval dominicano, ya que incluyó califés y varias pregoneras, típicas representantes del pueblo, que se paseas por las calles de nuestros barrios vendiendo frutas y legumbres.
Para cerrar esta colorida fiesta de las costumbres dominicanas se realizó un concurso de disfraz cuyos participantes fueron 18 niños y niñas hijos y familiares de socios. Un jurado escogió el mejor disfraz típico, el traje más original y el mejor elaborado. Estas categorías fueron evaluadas por las jueces Erika Ferreiras, Dora Sánchez y Belkys Pérez. Mientras que otros 11 niños fueron seleccionador por la ovación del público.
El conjunto Miki Miki se encargó de poner a todos a bailar con su contagiosa música típica y con la interpretación de otros géneros musicales, además del trabajo que siempre realiza DJ Braulio, disc-jockey oficial del CEBC.
Como no faltó música, tampoco faltó comida, y no era para menos: el menú del bufet fue completamente extraído de los campos nuestros e incluyó moro de gandules, chivo y gallina vieja guisados, arepitas, chenchén, ensalada verde, chicharrón de cerdo, aguacate y plátano al caldero.
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