Esta disciplina goza de muchos adeptos y la muestra son los entre 50 y 60 estudiantes que recibe Felipe Rafael, quien enseña ajedrez en el CEBC desde hace 13 años.
Dos veces a la semana este veterano ajedrecista sancristobalense de 65 años se apuesta con su clase muy cerca del área infantil a enseñar el deporte que ama desde que era un mozalbete. “Fui siempre de la selección de mi pueblo y participaba en todos los Juegos Nacionales que se hacían antes, representando a San Cristóbal y en varias ocasiones nuestro equipo llegó a ser campeón en esos juegos”, dijo este Maestro Nacional, grado que está avalado por la Federación Nacional de Ajedrez. “Este siempre ha sido mi deporte, aunque me gusta el tenis de mesa también”.
Su historia como profesor en el CEBC guarda una íntima relación con sus años de empleado en el Banco Central de la República Dominicana (BCRD). Él trabajaba como encuestador en el departamento de Cuentas Nacionales, sección que a la misma vez representaba en los Juegos Bancentralianos hasta que le llegó la oferta de trabajo.
Ha pasado más de una década desde entonces y Felipe Rafael siente la misma pasión y no vacila en recordar las satisfacciones personales que le produce su labor. “Tengo experiencia de niños que ni sabían jugar ajedrez y vinieron y aprendieron. Recuerdo que en una ocasión uno de los jóvenes que enseñé quedó en primer lugar en un torneo escolar. Tengo ese recorte de periódico donde salió publicado. Él aprendió a jugar aquí”, narra. “Hay muchos padres que vienen y me agradecen por enseñar a sus hijos, porque el que juega ajedrez tiene una mente más calmada y mejora en los estudios también porque se concentra más”.
El ajedrez en el CEBC no es solo para niños. Este profesor recibe en sus dos días a muchos adultos, incluidos algunos socios pensionados y jubilados del BCRD.
A todos, a pesar de que no cuenten con un ápice de conocimiento, los trata con una filosofía basada en la paciencia. Felipe Rafael sostiene que aprender ajedrez es muy fácil, pero aclara que esa facilidad se logra cuando el aprendiz tiene pasión y amor al deporte. “Siempre aconsejo a los padres que pregunten a sus hijos si les gusta el ajedrez, porque a muchos los traen cuando a sus hijos les gusta el fútbol o el béisbol”, apunta.
“Cuando eso sucede, se distraen mucho y no aprenden con facilidad. Es que cuando uno enseña ajedrez no está buscando un campeón mundial, el ajedrez es una filosofía de vida. Si actúas por impulso en la vida diaria vas a fracasar y si actúas por impulso en una partida de ajedrez vas a perder. Hay que tener paciencia”.
Felipe se dedica a enseñar en el CEBC los viernes de 4:00 a 6:00 de la tarde y los sábados de 10:00 de la mañana a 1:00 de la tarde. “En el banco hay muchas personas que quieren jugar ajedrez en el club. Esta disciplina no es difícil, es apasionada.
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